martes, 16 de noviembre de 2010

Conociendo al Místico: ¿Alguien más siniestro que Márquez de Sade?


"Haz lo que tú quieras será el todo de la Ley" Aliester Crowley


Que si Aristóteles, que si Platón, que si el mago de Berlín… si, si, ya se. Estos filósofos (¿El mago de Berlín?) han trascendido tanto que hasta los niños han oído sus nombres. El hecho de que el nombre de ciertas personalidades suene más que otros es un asunto cultural, en parte. Es como el arte. Mientra más desarrollado es un país, mayor número de personas manejan informaciones. No quiero incluir una frase pesimista, pero sinceramente, a propósito de la era de la información ¿Cuántos pensadores conocemos? ¿Cuántas ideas estudiamos? ¿Qué importancia puede tener esto?

Conocer un personaje significa tener otra posibilidad. Otro punto de vista a considerar. Hay grandes creadores, muchos, porque hay tantas ideas como personas en el mundo, incluso muchísimas ideas más, seamos optimista y señalemos ¡geniales ideas! Conocer un personaje es ampliar exageradamente tu mirada, es como descubrir una nueva tierra. Esto implica pensar, y olvidarse de la desesperante solución de buscarse una verdad absoluta. De algo tan sencillos como es conocer a grandes hombres podemos extraer secretos para alcanzar el éxito, la tolerancia, el respeto, el amor propio y cualquier otra “virtud”, pues curiosamente siempre habrá un “Gran personaje” que tiene casi exactamente nuestra historia, o quizás… más de uno. Y no solo eso, no solo eso.


¿Quién es?

Sus contemporáneos le calificaron como «la bestia humana» o «el hombre más perverso del mundo».

El hombre que está considerado como el mago más importante del siglo XX.
En sus «Confesiones», Crowley dice que la gente es sucia, salvaje y vive en condiciones miserables.

¿Dígame usted? Un filósofo.

Ultimas palabras:

"A veces me odio a mí mismo".





Muchos textos lo catalogan como simple escritor y poeta radical dejando de lado sus actividades dentro de la magia, su drogadicción y su bisexualidad. La realidad es que la forma en que este personaje escribió su nombre en los libros de historia es bastante singular.

Los periódicos de la época le llamaron, entre otras lindezas: «el hombre más perverso del mundo», «el rey de la depravación», «el hombre al que nos gustaría ahorcar», «el caníbal», «la bestia humana», y el peor insulto para un inglés de su época, «germanófilo».

Ni siquiera con su muerte cesaron los ataques furibundos, incluso del máximo representante de la justicia británica, el Ministro de Su Graciosa Majestad, quien declaró: «Aleister Crowley es el personaje más inmundo y más perverso del Reino Unido».

Elementos externos que intervienen en “su personalidad” De padres puritanos a un ser perverso.

Su infancia se desenvuelve en un ambiente opresivo y puritano, ya que sus padres pertenecen a la secta más intransigente y rigurosa de la época, los «Hermanos de Plymouth». Para ellos todo es pecado o debilidad inaceptable. Por eso, Emilie, su madre, nunca le abraza, ni le besa, ni le cuenta cuentos, ni le deja leer ningún libro, excepto la Biblia ¿Capish?

Si en nombre del «bien» le torturaban y le hacían desgraciado, él adoraría al «mal». Se convertirá así en un mago luciferino, que no diabólico, adorador sistemático del mal.

¿Sádico desalmado o crío inquisitivo?

Su madre le había dicho que los gatos tenían nueve vidas y decidió comprobarlo constatando, una vez más, que sus enseñanzas eran falsas. A los ocho años Aleister Crowley cogió un gato, le administró arsénico y, para que no opusiera resistencia, le suministró cloroformo. Así pudo gasearle en el horno, después quemarle y, tras otras torturas, le despellejó vivo.

El Crowley adolescente, con una inteligencia superior a la normal y en un ambiente represivo, se salta continuamente las reglas. Desde leer a escondidas, a perder la virginidad a los catorce años con una de las criadas. Ya sabia yo que la inteligencia andaba merodeando.

Crowley estudia y mucho, aunque se niega a examinarse. Sin embargo, su erudición y seriedad en el trabajo es tal que el Profesor Hastings cuenta con él como colaborador en la «Enciclopedia de la Historia de las Religiones y de la Ética».

El intelectual Revolucionario...
En esta época, se rebela contra la hipocresía social, haciéndose pasar por Conde Ruso y publicando una obra erótica: White Stains (Manchas Blancas).

El escándalo es tal que prepara una conferencia: «La miseria sexual en Gran Bretaña, por el Doctor Aleister Crowley, escapado de la Universidad de Cambridge. Preside la sala un tapiz indio con un enorme falo, y Crowley se dirige a los asistentes: «¡Las manchas blancas no están sólo en las sábanas sino en las gafas de los que "ven" febrilmente la perversión!».

Se hace amigo de intelectuales y artistas con continuas estancias en Londres y en París, donde conoce al escultor Rodin, al novelista Somerset Maughan, a la bailarina Isadora Duncan, a Rilke, el poeta, etc... Descubre el alpinismo, que ejerce con entusiasmo, participando en importantes expediciones a los Alpes, el Himalaya y Méjico, generalmente acompañado del científico Oscar Eckenstein.

El milagro Cowley, el hallazgo Crowley, la grandeza Crowley, el dilema C… ¿Un disparate?

Tiene conocimientos científicos, es un excelente ajedrecista, sabe astrología y su carta astral indica que es un semidios. Además, apuntan sus seguidores, ha nacido con las señales búdicas: la lengua pegada que requirió cirugía a los dos días de su nacimiento, la fimosis de la que le operaron a los quince años y los cuatro pelos en forma de esvástica al lado del corazón que indica encarnaciones sobrenaturales.

En este período los logros mágicos son constantes y Crowley asegura realizar viajes y entrevistas astrales, materializaciones de los elementales, de los silfos y de diversas fuerzas celestiales y demoníacas.

La India. Allí se inicia en el tantrismo, la erótica sagrada, el sexo sagrado como vía de acceso al conocimiento iniciático (¿?) que practicaría asiduamente con hombres y mujeres. En China descubre el I Ching.

México se convierte en un país clave en su vida al entrar en contacto con Don Jesús Medina, que le introduce en la masonería y en los secretos de mayas y aztecas. Es aquí donde Crowley asegura haber verificado su método para lograr la invisibilidad (¿entonces?) y haber descubierto la llave secreta de la Gran Obra.

El hombre incompleto, sus necesidades humanas.

El mago ha buscado en vano a la mujer escarlata que pueda ser compañera de vida y de magia. Por fin la halla en su esposa, Rose Kelly, con la que llega a Egipto, haciéndose pasar por un príncipe persa. Rose, la mujer a la que, según la leyenda, Crowley habría forzado, era feliz con él.

Crowley el filósofo: Su libro de la ley.

A través suyo, el dios Horus, le manda que entre en la sala de la Gran Pirámide a mediodía de los días 8, 9 y 10 de Abril de 1904 y que escriba todo lo que oiga. Crowley así lo hace y escribe «El Libro de la Ley», un libro de inspiración divina y por tanto sagrado. Crowley era el mensajero de su verdad trascendental: el ocaso de los dioses ha llegado y una nueva época ha comenzado. El nuevo «eon» liberará al hombre a través del conocimiento de su libro, la esencia de la ley será: «Haz lo que quieras». Según este principio no hay ley por encima de la voluntad individual.

Crowley el mortal

El 1 de diciembre de 1947, a los setenta y dos años de edad, Crowley moría de una crisis cardíaca. Una edad sorprendente para un drogadicto del que se decía que tomaba once gramos diarios de heroína. Sus últimas palabras fueron: «Estoy perplejo» (tendríamos que asumir que dijo: “Estoy perplejo, a veces me odio a mi mismo” ¡estos especuladores!)

Una sociedad que no puede condenarlo…

Hay un hecho a favor de Crowley: nunca pudieron probar nada contra él aunque lo intentaron (imagínese cuanto) Basta recordar que la sociedad victoriana en la que vivió, envió a Oscar Wilde a la cárcel durante dos años por homosexual y le desterró hasta su muerte. Nada les hubiera gustado más que hacer lo mismo con Crowley.

¿Acaso fue más hábil o simplemente inocente?

Alabado sea ¡Crowley vive!

La Bestia había muerto y cuando sus contemporáneos creían descansar de ella, sus nietos la subían a los altares. Hablamos de que miles de personas le siguen.

Y finalmente una duda:

Preguntas:  ¿Un inadaptado? ¿Un ser diferente? ¿Realmente un perverso? ¿Un simple niño mal educado? ¿Síndrome alguno? ¿Anormalidad alguna? ¿Coeficiente intelectual elevado? ¿Genialidad mal comprendida? ¿Sobrenaturalidad?

Me inclino por la creencia de que la sociedad hace al hombre, esto sin decir que el hombre se hace a si mismo, pero… ¿la sociedad? Un lastre.

Bibliografía:

Una adaptación de http://www.mundoparanormal.com/docs/parapsicologia/aleister_crowley.html. Enriquecidos con informaciones de: http://es.wikipedia.org/wiki/Aleister_Crowley. Nota: Gracias a Vladimir Alva por provocarme curiosidad por Aliester.

Yuniris R.